Por Daniela Rovatti. Fotos cedidas por la Asociación Àmbit La fase A se inicia cuando la persona está en prisión. El comienzo de la intervención se lleva a cabo a través de diversos talleres, que tienen una importancia fundamental, ya que constituyen el primer contacto con personas que, seguramente, seguirán ligadas a la Asociación durante un largo período. Asimismo, la importancia de los talleres reside en que constituyen el primer paso para aliviar el trauma tanto a nivel físico como psíquico y de autoestima y, por lo tanto, el primer paso para preparar la salida. En las prisión, entonces, se realizan los siguientes talleres: Yoga, Arteterapia y Aprender a querernos. Los dos primeros dirigidos a personas de género fememino y masculino, y, el segundo, exclusivamente para personas de género femenino. El taller de Arteterapia está enfocado a trabajar la historia personal desde el arte. En general, las personas que participan de estos talleres suelen ser objeto de estigma y sufren traumas que les impiden encontrar su lugar social y el arte hace posible visibilizar los padecimientos psíquicos, porque a través de las actividades artísticas, es posible ponerlos en imágenes, darles una voz, el primer paso para poder aprender a enfrentarlos y convivir con ellos. En el taller Aprender a querernos, las actividades están a cargo de una psicóloga y su objetivo es trabajar la autoestima. Es necesario tener en cuenta que muchas mujeres provienen de contextos de violencia machista y, por tanto, a los problemas mentales se le suman aquellos propios de estas situaciones de violencia. Recuperar la autoestima y la confianza en sí mismas es un paso previo esencial para su futura reinserción social y a este logro se aboca este taller.
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