COMUNICAV 34_35 Las juras del ICAV tienen sus raíces en la historia del derecho español. Desde sus primeros años, la colegiación se consideraba un paso fundamental para ejercer la abogacía con integridad y responsabilidad. La ceremonia de jura, en la que los aspirantes prometen respetar la ley y luchar por la justicia, se ha mantenido a lo largo del tiempo como una expresión de ese compromiso. La importancia de esta ceremonia radica en varios aspectos clave. En primer lugar, marca la transición de los estudiantes de derecho a la abogacía en ejercicio. Es el momento en el que asumen la responsabilidad de defender los derechos de sus clientes y de actuar en nombre de la justicia. Además, la jura refuerza el compromiso con la ética y la deontología profesional, y recuerda a los nuevos letrados sus deberes fundamentales hacia la sociedad y el sistema legal. Otro aspecto destacado de este acto es la solemnidad que rodea la ceremonia. Los nuevos abogados y abogadas visten togas y se reúnen en un ambiente de respeto y tradición, que no solo simboliza el respeto por la profesión, sino que también crea un sentido de pertenencia a una comunidad legal distinguida, como es el caso de la gran familia del ICAV. Asimismo, las juras son un recordatorio de que el ejercicio de la abogacía es una vocación que implica un compromiso profundo con la justicia y la defensa de los derechos de los ciudadanos. En suma, las juras de las personas colegiadas en el ICAV son constitutivas de la historia y la tradición de esta institución, ya que representan el compromiso de los abogados con la justicia, la ética y la responsabilidad hacia la sociedad.
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